Si acariciamos una víbora no obtendremos ninguna respuesta porque los reptiles poseen instintos de agresión, huida, sexualidad y territorio, pero no poseen emociones. Estas solamente aparecieron con los mamíferos y por eso, a algunos se les llama animales de compañía.
Las emociones aparecieron en el curso de la evolución porque favorecen la supervivencia. Primero fueron las llamadas emociones primarias, que son las que compartimos con otras especies de animales y se ponen de manifiesto en situaciones de peligro, de hambre, etc. Son: el cólera, la alegría, la tristeza, el miedo, la ira, el llanto. La más importante de todas ellas es el miedo que nos permite conservar la vida atacando o huyendo tras detectar el peligro.
Más tarde surgieron las emociones secundarias o emociones sociales que están relacionadas con nuestra pertenencia a un grupo. Son la simpatía, el respeto, la culpa, la vergüenza, la generosidad, la compasión, el cariño. También están relacionadas con la supervivencia, ya que favorecen la cohesión social, la formación de grupos, pues el hombre es un animal social y, aislado, perecería.
Después, en el proceso evolutivo se desarrollaron los lóbulos frontal y pre frontal y pudimos tomar conciencia de nuestras emociones. Por último con la adquisición del lenguaje nos hicimos humanos, pero conservando unos quinientos aspectos o matices emocionales.
Cuando hay un conflicto entre la razón y la emoción o cambiamos el razonamiento o cambiamos la emoción, de lo contrario se crearía un estrés que no nos dejaría vivir. Si te enamoras de otra persona y engañas a tu pareja buscas razones que justifiquen el engaño.
Normalmente mandan las emociones, no la razón y buscamos argumentos racionales para justificar las decisiones que hemos tomados por las emociones.
Las emociones son clave en nuestra conducta. El estado emocional de cada momento, aburrimiento, alegría, sorpresa, mal humor, etc. junto con nuestras experiencias previas es lo que más influye en nuestra toma de decisiones, sin que la corteza cerebral se de cuenta de lo que está ocurriendo.
Hay personas que tienen dificultad para controlar los impulsos y las emociones. Son aquellos que explotan con facilidad, con frecuentes ataques de ira, pasando con rapidez a la ansiedad, al estrés, sin poder controlar emocionalmente la situación que están viviendo. Tienen dificultades para relacionarse de forma afectiva en ambientes como el laboral y en las relaciones de pareja y a la vez tienen miedo de ser abandonados. Más frecuente en mujeres 75 %, lo conocen los médicos con el nombre de Trastorno Límite de la Personalidad.
Enrique Gómez Gonzalvo 30/07/2020 Referencia 251
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